La supervivencia de la fauna marina pasa por la pesca sostenible

La sobreexplotación de los mares y los océanos está dejándolos sin peces. Así lo manifiesta la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en uno de sus últimos informes, al tiempo que reclama un modelo de pesca sostenible para garantizar la supervivencia de las especies y la actividad pesquera.

La paz y el silencio que reinan en las profundidades oceánicas son cada vez más inquietantes. A simple vista la vida bajo el agua transcurre con normalidad, pero tras esta calma infinita se esconde un terrible secreto: el mundo submarino se está quedando vacío. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) asegura en su informe Planeta vivo de 2018 que desde 1950 hemos extraído de los mares casi 6.000 millones de toneladas de pescado y otros invertebrados, lo que convierte a la industria pesquera en la principal amenaza para la fauna marina.

PROBLEMAS DE LA SOBREEXPLOTACIÓN PESQUERA
La pérdida de biodiversidad marina también tiene consecuencias negativas para los más de 3.000 millones de personas en el mundo que viven de la riqueza de los mares y las costas, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como para las flotas pesqueras que tienen que desplazarse a la fuerza cientos de kilómetros para echar sus redes en aguas más prolíferas.

Estas migraciones forzadas crean a su vez nuevos problemas como la sobreexplotación de otros caladeros y el estallido de conflictos territoriales, sobre todo en las costas de África, Latinoamérica, y el sur y noreste de Asia, el continente con la mayor actividad pesquera del mundo. Además, el empobrecimiento de los mares, unido a la falta de recursos de las flotas más humildes, favorece la pesca ilegal que mueve 36.000 millones de dólares anuales, degrada los ecosistemas marinos y pone en peligro la seguridad alimentaria.

ESTADO DE LA FAUNA MARINA
La agencia de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) afirma que el aumento de la pesca intensiva ha comprometido la supervivencia del 33,1% de las especies comerciales, al dejarlas sin tiempo para recuperarse tras las capturas. Por ejemplo, este organismo publicó en 2018 que la sobrepesca en aguas del Pacífico sudoriental y el Atlántico sudoccidental afecta a más del 58% de las poblaciones de peces que habitan en ellas, mientras en el Mediterráneo y el mar Negro la cifra supera el 62%.

El estado mundial de la pesca y la acuicultura, informe publicado bianualmente por la FAO, alerta de que la producción de pescado se ha duplicado desde 1960 —en 2016 batió su récord histórico con 171 millones de toneladas y un consumo medio de 20,3 kilos anuales por persona—. Este incremento exponencial de la demanda ha llevado a la sobreexplotación pesquera de especies como el colín de Alaska, la anchoveta y el atún listado, entre otras, lo que pone en peligro la sostenibilidad alimentaria.